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A menudo me preguntan que quiere decir Artemisia...



Hace algún tiempo, cuando “mi Artemisia” ni se me pasaba por la cabeza, una mujer brillante, Elena Mateos, me invitó a leer la biografía de Artemisia Gentileschi (1597 - 1654).


Descubrí una pintora con mucho talento, valiente, atrevida, impulsiva, rebelde… Una mujer que tuvo una vida difícil, pero al mismo tiempo una vida llena de éxitos y reconocimientos. Una mujer compleja llena de contradicciones.


Un tiempo después visité FLORENCIA, un viaje muy especial que realicé con dos mujeres excepciones, mi madre y mi hermana. Visitamos la Academia, nos dejamos impresionar por el Duomo, disfrutamos de las espectaculares vistas de la Cúpula de Brunelleschi, paseamos por el fantástico barrio de Santa Croce, nos dejamos cautivar por los cambios de luz al atardecer. Contemplamos el Puente Vecchio mientras en Arno fluía a su ritmo, sin prisas...


Y así fueron pasando los días has que cruzamos las puertas de la Galería de los Uffizi. Y allí, en un descuido, cuando ya pensaba que Florencia no me podría impresionar más, me quedé colapsada frente a un cuadro para mi desconocido. Me despertó rechazo, inquietud, miedo… No se trataba de que no me gustara, se trataba de que alguna cosa me conmovió, me consternó… algo había pasado. Me acerqué buscando el autor de aquella pintura, y allí la reencontré, Artemisia Gentileschi.


Pasados unos meses el germen de una idea descabellada empezó a originarse en mi cerebro. Una idea atrevida, impulsiva… Pedí opinión a Elena, a mi madre, a mi hermana. Y por más locura que parecía el tema, las tres me dijieron: Adelante!


Sólo faltaba encontrar un nombre para la sala de arte que pretendía montar. Sencillamente, no podía ser otro. ARTEmisia.




Cristina Requena

Directora de la galería Artemisia, Art & Tendències

Les Franqueses del Vallès, marzo 2012

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