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Foto del escritorCristina Requena Villalba

Ese algo especial.

Y pasó un mes.


Un amigo dice que no se empiezan las frases por Y, pero a mi me sale.


Un mes desde la última entrada. Una vergüenza para la bloggera que firma esta bitácora. Pasa que suceden tantas cosas en la vida real que no me alcanza a contarlas todas en el mundo virtual. Y esto (otra vez Y) es algo que no sé como encajar:  Si este blog es un escaparate de Artemisia mi escasa producción bloggera es un verdadero inconveniente comercial, nada más. Sin embargo, si este blog una excusa para dar rienda suelta a mi incontinencia mental mi falta de publicaciones resulta alarmante, ¿estoy perdiendo mi sello? No, creo que no, sólo es que me falta tiempo, o me sobran cosas, que también puede ser, pero eso lo hablamos otro día.

Lo cierto es que últimamente lo del mundo virtual y tecnológico me inquieta un poco. Hace unos días empecé a ver una serie, Black Mirror, y la he tenido que dejar. Me generaba ansiedad! Sus historias ponen de manifiesto como el uso de las nuevas tecnologías pueden convertirnos en verdaderos depredadores, en un mundo donde todos somos jueces y donde es inaudita la frialdad con la que sentenciamos al prójimo.

Paso muchas horas delante del ordenador: redactando contenidos, buscando artistas, editando las redes... Así que procuro tener verdaderos ratos de calidad con las personas con las que me cruzo en el directo, lo necesito por salud mental. Hace un par de días disfruté de la compañía de la artista Teresa Gancedo mientras almorzábamos juntas en mi oficina de Barcelona (Creo que en el Café Emma ya me miran mal... Mis comidas de menú duran desde las 12 hasta las 16h... Nos colocaron en la mesa de la esquina, esa, la redonda, la de al lado del carrito de servicio de los camareros... Ellos no lo saben pero a mí me encanta porque desde allí se disipa un poco el ruido de los comensales)


La cosa es que Teresa me decía: si quieren hablar conmigo, que me llamen. No hablaba desde el super ego diciendo yo, reputada artista, venir a mí. Decía ni msn, mi whasapps, ni mails, que así nos va, nos estamos deshumanizando y ya ni nos relacionamos, ni nos tocamos, ni nada, y así se va perdiendo la sensibilidad.


No me descubrió nada, todos más o menos hemos dicho lo mismo (aunque nos hagamos caso cero). Paso que ella lo llevó más lejos. La sensibilidad se educa Cristina, tu lo sabes. Llegar  al arte pasa por saber apreciar lo especial en lo cotidiano, pero poquísima gente se da cuenta de eso, siendo precisamente "eso" la sensibilidad. Y esa sensibilidad me decía se educa mirando, tocando, conversando y escuchando, no enviando whatsaap! Y lo decía con cierto enfado! 


Teresa fue profesora en bellas artes durante 30 años, creo que esa circunstancia la acredita sobradamente, aunque diría que a ella le interesa más bien poco lo que el resto pensemos o dejemos de pensar sobre su persona. Hablamos de un joven artista barcelonés al que ella desconocía (entre nosotros, me encantó poder enseñarle algo) ¿Sabes que me dijo? Apúntame el nombre, lo buscaré y iré a hablar con él, quiero que me cuente que hace. Toma ya, eso si es predicar con el ejemplo! 


Al salir fuimos a la librería de al lado, chafardeamos un buen rato. Teresa iba preguntando cosas, las dependientes parecían (por decirlo suavemente) medio molestas: como se atrevía esta señora a preguntar tantas cosas parecían decir sus caras. Minutos más tarde Teresa empezó a hablar de poesía y terminó por agenciarse con los diarios de Silvia Plath. El color de mejillas de una de las chicas fue cambiando de lila mortecino a un cándido sonrosado. Lo cierto es que pensé nenita, toma nota para la próxima vez, pero de manera inmediata replantee el pensamiento. Esta chica había estado atenta, había escuchado, y había rectificado. Sabía que había juzgado equivocadamente y modificó su actitud. Aprendí una lección. Era la segunda del día.


La primera fue cuando Teresa me dijo: Delante de dos cuadros idénticos uno te llega, tiene algo especial, el otro, sin embargo, te deja medio frío. El primero lo ha elaborado alguien que ejecuta una intención artística. El segundo lo ha realizado alguien que si, sabe dibujar. Pero lo esencial es que el espectador detecte ese algo especial. 


PROPÓSITOS 2017: Escuchar con atención, escribir más en este blog, cambiar whatsapp por llamadas, aprender tanto cuanto pueda, leer poesía...




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